sábado, 2 de febrero de 2008

Tranquiliño, tranquiliño...


...y bueniño, bueniño. Javier ya ha pasado su primera semana entera en casa. "Y qué... ¿os deja dormir?" es la pregunta más repetida cuando nos llamáis a preguntarnos por el pichón. Afortunadamente, la respuesta es que sí –al menos por el momento–. La cadencia de biberones está oscilando entre uno cada 3 horas y uno cada 7, que fue su récord absoluto. Un auténtico lujo, conociendo algunos casos extremos.

En esta última semana ha ido al pediatra –todo bien, muy bien; su mami también–, ha recibido muuuchas visitas, ha descubierto El Corte Inglés y ha aprendido qué es la vorágine de primero de mes en Alcampo; en todos los casos, con una pachorra impresionante. Lo metes en el capazo –se queda sobao–, sube al coche –sobao–, baja del coche –sobao–, lo paseas entre ruidos –sobao–, lo devuelves al coche –sobao– y llega a casa... sobao. ¡Una maravilla de la ingeniería genética moderna!.

Bueno, menos rollos y al grano... ¡fotográfico!.

Con Geluco, que le enseñará su infinito repertorio de chistes

Se le ve un tío feliz, ¿no?


Mónica y Luis, los compadres de su papi

Con Helenita... ¡Qué ganas de estrenar la toalla de reportero dicharachero!

Con Mari. Conste que Eloy no se atrevió a coger al peque... ¡cobardica!

Y para terminar, una muestra del interés generado por sus desnudos

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