miércoles, 21 de marzo de 2012

Sonrisas en alejandrino

Alejandra ha pasado de ser buena (muy buena) a convertirse en una permanente sonrisa. Cualquiera diría que intenta comunicarse, porque no deja de hablar en alejandrino, respondiendo a su modo a cualquier cosa que le dices.

No deja de sorprenderme su capacidad para abrir los ojos por la mañana y regalarte esa carita sonriente. Tampoco me acostumbro a esos ojos azules.

Pipo continúa encantado con su hermanita. No olvida nunca saludarla por la mañana y despedirse de ella cada vez que sale de casa o se va para cama. De momento continuamos vigilando su ímpetu, porque es un poco bruto y no entiende muy bien eso de que los bebés se rompen.

La enana en modo dormilón, de un moflete...

...y del otro moflete


Esa sonrisa me suena...

Ese color no: Alejandra ojitos azules

Un ejemplo de lo que nos regala a diario... (¡pincha vídeo!)

Primeras nieves

Llevaba yo años queriendo ir con Pipo a esquiar, incluso antes de que naciera. Yo creo que desde la primera vez que ví a un nano enfundado en su mono, con su casco, sus mini-esquís y pasándome pista abajo como un misil tamaño bonsai.

Gracias a la (genial) idea de Miguel, programamos un viajecillo a San Isidro para que Pipo y la Periquita recibieran sus primeras clases de esquí. Para mi nano, sería su primer contacto con la nieve, y aunque no sé a quién le hacía más ilusión (si a mí o a él), el caso es que llenamos el coche y nos fuímos los cuatro un domingo del mes de marzo.

Dormimos en Felechosa y esquiamos en Fuentes de Invierno, pequeñita pero perfecta para el cometido. Además, las condiciones no podían ser mejores: temperatura cercana a los 20ºC, solete y la estación para nosotros solos.

Esquiamos tres días, en los que los nanos recibieron clase de Olaya en horario de 11:30h a 13:30h. Ambos se portaron genial, y apenas les costó unos minutos adaptarse a las botas primero y a los esquís después. Lo único malo, el calor, que casi nos los mata el primer día; entre el mono, el casco y la ropa que llevaban debajo (no supimos la temperatura hasta que llegamos), después de dos horas estaban deshidratados, los pobres. Los dos siguientes días, mejor.

Al término de la experiencia ya salieron lo suficientemente aleccionados como para hacer la casita (cuña) y bajar con sus papis la pista verde hasta el coche. Sin duda, ¡prueba superada!

Al margen de lo blanco, aprovechamos para disfrutar de ellos en otros escenarios. Lo más destacado fue la visita al Museo de la Fauna Salvaje, un sitio 100% recomendable en el que 8.000 bichos disecados sorprenden a cualquiera, y los lobos y 'bambis' en cautividad alucinan a los peques.

Mi cumple coincidió en pista, y la verdad es que no puedo pensar en mejor forma de celebrarlo que bajando pistas con Pipo. El próximo año intentaremos repetir, ¡que seguro que ya me gana!

Equipadísimo gracias a Pablo y Andreíta (cómete el pollo)

Periquita y Pipo, listos para darlo todo

Subiendo en la cinta para bajar su primera pista

Su profe Olaya se ve que tenía mano con los nanos

Una "casita" perfecta

Estilazo no le falta, a Pipo Tomba

Bajando con Periquita y la profe tras una dura jornada de esquí

Celebrando los 41 de papi en pista (rock & roll!)

Y subiendo juntos en la silla por primer vez

Por supuesto, la batalla de bolas de nieve no podía faltar...

...aunque a alguno se le fue la mano un poco...

Con papuchi en el pantano de Porma

En el Museo de la Fauna Salvaje

Lo que más le gustó del museo, este lobo

Pero con quien peleó fue con este jabalí

Aunque es Luke Skywalker, él quiere ser Darth Vader

Y aunque yo parezco Darth Vader, él me dice "Luke, soy tu padre"

Discusión de pareja entre Luke y Leia en Boñar

Última bajadita antes de regresar...

Al pobre no me dio tiempo ni a cambiarlo. Frito en el minuto 1

De regreso paramos en Puebla de Sanabria

...donde subimos al castillo. ¡Fotoooo!