Esperando a Georgie Dann

El 21 de junio Pipo cumplió 41 meses, justo el mismo día en que dió comienzo (oficialmente) el verano. Aunque él no finalizará su curso lectivo hasta el día 30, ya ha comenzado a disfrutar de todo lo que conlleva el cambio de estación: tardes de playa y/o piscina, visitas más frecuentes a Corujo, cierre bajo llave de los pantalones largos, adios a los calcetines, meterse en cama de día (o prolongar el cachondeo hasta bien entrada la noche), reaparición de Georgie Dann,...

Este verano se le presenta más de cara que los dos anteriores, porque su mami se ha comprometido a que disfrute tanto de la playa como el tiempo lo permita (que, de momento, pinta que será bastante a menudo). Cada vez que vamos a visitar a los abuelos la goza, ya sea en Corujo con sus visitas al bosque con el Abu y Otto, o en Pías con la pisci de Malalo. Y cuando añadimos a la ecuación la compañía de Vivís, Triana, Emma, Adriano, Fásica, Fereyó o cualquier otro pitufo, no hay quien lo pare.

Seguiremos informando...

Con tita Tati en casa de tito Turi

Con mami y la prima Alba

Enésimo ejemplo del poder de la genética...

Cultivando el intelecto con temas de actualidad

Flotando en la pisci de Malalo

Con ganas de hincarle el diente...

Saltos en la Sirenita con Vivís, Carlota y Adriano. Ale...

...hop, a volaaaaar!

Pipo, Adriano y Lanzarote: tres kamikazes en acción



Ya le gustaría a Tiger Woods ese estilazo (culito!)

El Graduado (II)

Tras haberse "ganado a pulso" (según Lily) su primer graduado, Pipo ya está listo para su cuarto verano. Los objetivos de aquí a que comience en el cole el próximo septiembre son: soltarse en la piscina con manguitos, seguir mejorando la actitud, dejar de caminar de puntillas e intentar no lesionarse (ni lesionar). Sinceramente, me conformaría con que cumpliera un par de ellos...

El Graduado

Ni es Dustin Hoffman (bueno, por tamaño podría colar), ni creo que los dos diplomas que luce le sirvan de mucho más que para que sus papis, titos y abuelos generen ingentes cantidades de baba, pero al verlo salir así de la guardería hoy tenía que sacarle una foto... ¡Y contártelo!

Bailando

Pipo debutó en escena el sábado, 11 de junio de 2011, a la edad de tres años, cuatro meses y tres semanas. Ni mamá ni yo las teníamos todas con nosotros cuando le dejamos en la entrada de bastidores, ya que llegaba a su premiere malito de la barrigocha, con mocos, tos y amenaza de fiebre. ¿Le daría un acceso de nervios?, ¿le entraría el miedo escénico?, ¿lloraría?, ¿se quedaría petrificado?; cualquiera de estas opciones eran posibles, dado su estado.

La cita fue en el teatro Salesianos, donde junto a Javier actuaban cerca de 200 niños de O Xardín distribuidos en nueve grupos. A él le tocaba bailar Nena, de Miguel Bosé y Paulina Rubio, en octavo lugar.

Cuando se abrió el telón para el primer grupo, la vista se me fue para el único niño que padecía todos los males descritos arriba: petrificado, con cara de pánico, lagrimones de a litro y con esa expresión que te parece como que le acaban de provocar un trauma para toda la vida. Desde ahí me faltaban otras seis actuaciones antes de la de Pipo para pensar en las consecuencias de que a él también le afectara su debut.

Cuando su profe Begoña presentó la actuación de la clase 2ºA de O Xardín de Hispanidad y se corrió el telón rojo del teatro, busqué al pichón entre el grupo. Estaba en el centro, más bien hacia atrás, junto a sus compis Alexandre y Marta. En el vídeo podrás comprobar cómo fue la cosa; en resumen, dado su estado de pachuchez, y a pesar de que no tenía su característica expresión, ¡se portó como un campeón!

Al final de la actuación, todos los artistas se reunieron en el escenario para una despedida coral junto a sus profes. A Pipo lo eligieron en el top 4 para representar a su clase, bailando a dúo con Sabela (foto de arriba). Más ricos...


Y ahora... EL VÍDEO!

Anticipo del verano

Los abus se han ido a Corujo, y eso es señal inequívoca de una cosa desde hace 40 años: ¡que llega el Verano! Mientras esperamos, la Primavera nos está regalando unos días que compensan la realidad de que todavía quedan tres semanas para el cambio de estación, y Pipo disfruta cada día poniendo en práctica sus habilidades: las viejas y las nuevas.

Con la bici es ya un campeón. Continúa metiéndose unos gomazos considerables cuando le da por poner a prueba las fuerzas G, pero en general ya tiene dominado el arte del pedaleo con cuatro ruedas. Antes de lo que esperaba le quitaremos el primer ruedín, a ver qué pasa...

Ya hemos pisado la playa en varias ocasiones, pero sobre todo está sacando partido a la piscina de Malalo en esos días de semana en los que a su mami le da por visitar Pías.

En lo festivo, Pipo asistió a la Comunión de Andrea (donde hasta se casó con una niña de la que no recuerda ni el nombre...), al cumple de Triana y en un par de días irá al de Caco. Pero el momento cumbre llegará el sábado, 11 de junio, cuando debute sobre el escenario para su primer festival. Por supuesto, colgaremos fotos (y espero que vídeo) del acontecimiento.

Cada día es más razonable, ya duerme sus 10 horitas seguidas, habla con claridad absoluta, comienza a dominar el arte de la picaresca, conserva su sonrisa permanente y su capacidad de socializar, sigue andando de puntillas (así tiene las piernas que tiene...), ya casi guiña el ojo (mira la foto de la izquierda), se acuerda mucho de Lanzarote y físicamente es un portento.

Ha cumplido sus primeros 40 meses...

En bici un sábado de mayo por el paseo de Panxón


Y descabalgado de su bici en el circuito de El Castro

Con Pablocho en la Comunión de Andrea

Una de saltos en el parque (ojo a los gemelos)

Eligiendo su próxima bici

Una de hinchables en la Feria de Abril de Vigo

Incumpliendo la Ley de Costas en la Sirenita

Con su uniforme oficial de socorrista australiano

Despidiéndose de los abus desde su coche

Mimando a Xavi (le encantan los bebés)

Y para despedir: una de Pipo musical (pincha vídeo)