16 de marzo, 26 días para Javier. Impresiona ver la velocidad a la que evoluciona y cambia, tanto en tamaño como en las formas de sus facciones e incluso los sonidos que emite. Ahora ya parece que comienza a fijarse en objetos –no sé si es algo científico o simple impresión mía– y te sigue cuando te mueves a su alrededor. Gesticula que es simpatiquísimo, pero cuando se pone escatológico... ¡asusta!. El tema comidas lo sigue llevando bien, con bibes entre 3 y 4 horas de media. No llora nada más que cuando tiene hambre o algún cólico, y para eso es bastante discretillo... En el lado menos positivo, el miércoles nos sorprendió con unas décimas –apenas 37,3º–, y decidimos llevarle al taller por asegurar... No tenía nada, tal vez el cólico del lactante, algo normal. A las pocas horas, ¡como nuevo!. Un crack...
Esta foto es de hoy... ya es una personita
También hoy, comiendo con los titos y David, que le dio el chupe
Con su tocayo en el trabajo del tito Turi
Con la Chiqui y Alberto
El otro cachorrito...
Con su abuela, que domina el bibe como nadie
Con sus abus. Vale, ya sé... más pelo que yo... sim-pá-ti-co
Con Roxanna –¡esta foto le va a encantar cuando crezca!–
Con Ángel, el hombre del maletín...
Esta foto es de hoy... ya es una personita
También hoy, comiendo con los titos y David, que le dio el chupe
Con su tocayo en el trabajo del tito Turi
Con la Chiqui y Alberto
El otro cachorrito...
Con su abuela, que domina el bibe como nadie
Con sus abus. Vale, ya sé... más pelo que yo... sim-pá-ti-co
Con Roxanna –¡esta foto le va a encantar cuando crezca!–
Con Ángel, el hombre del maletín...
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