En una de esas escapadas dominicales con los Gogos y los Bourgones, elegimos excursión por los molinos de Folón y Picón. El día pasó por casi todas las estaciones, incluyendo nubes, momentos de sol y hasta aparición de ligeros chubasquitos. Llegar fue toda una aventura gracias al TomTom del sherpa de la expedición, que nos llevó a descubrir carreteras de montaña del norte de Portugal entre sanos cabreos y ricas carcajadas.
Aparcamos los coches en el restaurante donde comeríamos, Casa Pintora, en el comiendo de la subida a los molinos del Picón. Los remontamos enteritos y bajamos por los del Folón. Una caminata espectacular, en la que se cuentan casi 60 molinos, una cascada y vistas panorámicas difícil de describir.
Aparcamos los coches en el restaurante donde comeríamos, Casa Pintora, en el comiendo de la subida a los molinos del Picón. Los remontamos enteritos y bajamos por los del Folón. Una caminata espectacular, en la que se cuentan casi 60 molinos, una cascada y vistas panorámicas difícil de describir.
Los componentes de la expedición fuimos Alejandra, Martina, Claudia, Carmen, Jaime, Pipo, Patricia, Bea, Gema, Marcos, Fernando y yo.
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