martes, 14 de agosto de 2012

Efectivamente: ¡ouch!


De tanto ver los saltos de trampolín de Londres 2012 en la tele, Pipo se ha aficionado a lanzarse a la piscina con este estilo tan peculiar. Cuando lo hace con gente alrededor, el tiempo se detiene, se forma un silencio y todos esperan a que emerja llorando, pero el tío grita de puro placer, asegura que no le duele y sale del agua a por la próxima. Yo no puedo dejar de exclamar... ¡ouch!

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