Como te expliqué en su momento, a Pipo le cayó una bici por Reyes en casa de los abus. La descubrió en febrero, al regresar de Lanzarote, y apenas probó a subirse y averiguar cómo funciona en el pasillo de casa... hasta el pasado viernes. Para su primer experiencia ciclista elegimos el paseo de la playa del Vao, y he de reconocer que me sorprendió lo rápido que le cogió el tranquillo.Tras un par de minutos empeñado en cargar cada pedalada echando el pie hacia atrás, entendió que si alternas pedales la cosa avanza mejor. La segunda lección fue mirar hacia adelante, cosa que empezó a hacer cuando logró mover los pies sin tener que vigilarlos. Lección tres, frenar, que ya la ha aprendido, pero la mayoría de las veces prefiere detener el artefacto por medio de la acción de la gravedad (cuando choca, se detiene).
El sábado me lo llevé al circuito de El Castro para su segunda experiencia ciclist, donde pudo aplicar lo que aprendió el día anterior y rodar en un entorno más "profesional", con carriles, semáforos, rotondas y hasta pasos de peatones.
Para completar su cursillo acelerado de bici, el domingo se soltó en Pías, donde demostró que ya puede rodar solo (aunque los setos sufrieron su empecinamiento a frenar contra las cosas).
Seguiremos informando...
Circuito de El Castro, aprendiendo normas de circulación
Y para finalizar, ¡la prueba!
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